Es en esta etapa donde el menor crece, se desarrolla y se comunica con su entorno. Este desarrollo incluye las habilidades para tener relaciones satisfactorias con otros, jugar, comunicarse, aprender, discutir abiertamente y experimentar emociones.
Las relaciones son esas maneras en las que el bebé llega a conocer el mundo y los lugares donde está. En este contexto los padres o cuidadores serán aquellas personas quienes proveen el contexto necesario para cuidar, proteger, motivar y ofrecen elementos para enfrentar momentos difíciles de la vida.
Por tanto, o la capacidad de experimentar y regular las emociones, el establecimiento de relaciones seguras y la confianza para explorar y aprender es importante para propiciar al niñx los elementos necesarios para su crecimiento vital.
El medio de expresión de los deseos y experiencias de los niños es a través del mundo simbólico. Por eso el trabajo con ellos se hace a través del juego, como una forma de relación y vinculación que hace posible el análisis de sus problemas.
La colaboración con los padres o cuidadores durante el proceso es fundamental para el desarrollo de la terapia infantil.
La adolescencia es un periodo de transición entre el mundo niño y la entrada al mundo adulto. El adolescente está inmerso en una etapa de grandes cambios (físicos, personales, sexuales, relacionales, familiares...). Supone situarse en un contexto donde los referentes de su infancia ya no sirven y la búsqueda de un futuro incierto sobre el adulto que quiere ser.
Esta etapa surgen necesidades más personales relacionadas con la identidad, curiosidad, autonomía, pensamientos concretos del mundo, ajuste de expectativas, privacidad, cambio en las relaciones con su entorno...
Es importante que a lo largo de este proceso se vea apoyado y pueda encontrar un clima confortable para que el adolescente pueda desplegar el abanico de todas esas emociones intensas que rodean a esta etapa.
La adultez es un conjunto de todos los aprendizajes de etapas anteriores. Las experiencias y relaciones que hemos ido formando conforman nuestra personalidad y la manera de ver el mundo.
La terapia ayuda a poder distinguir qué partes de uno mismo y la relación con el resto, a raíz de nuestra historia, pueden ser puntos de conflictos o de dificultades en nuestro día a día.
La gestión emocional se hace necesaria para poder afrontar todos los retos personales que rodean al individuo ( relación con el trabajo, pareja, familia, hijos, estabilidad, expectativas, exigencias, temor a decepcionar, soledad, estrés, relaciones sociales...)
Otra manera de estar presentes es la modalidad online, muchos usuarios prefieren hacer uso de las nuevas tecnologías para realizar el proceso terapéutico. Es útil a la hora ajustarse a un horario, realizar la terapia fuera de tu localidad, o si se presentan dificultades en el desplazamiento.
Se recomienda acudir a la primera sesión de manera presencial y luego continuar el proceso de manera virtual.
¡El tiempo ya no es excusa!